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Fuente Imagen | http://www.educayaprende.com/
La adquisición del hábito de estudio, que empieza desde que el niño es pequeño con el aprendizaje de otros hábitos importantes, le ayuda a hacer del estudio una actividad diaria e ineludible.
Mediante este hábito el niño adquiere un método a través del cual estudiará más con menos esfuerzo.
Asimismo, se sentirá más seguro en relación con los estudios y confiado en sus capacidades para superar las diferentes pruebas académicas.
El estudio es fundamental para el aprendizaje del niño, ya que le dota de los conocimientos necesarios para enfrentarse al día a día y a su futuro desempeño laboral.
También ayuda al pequeño a desarrollar sus capacidades lingüísticas y cognitivas, como la atención y la memoria. Es igualmente importante para la maduración personal, social e intelectual.
El hábito de estudio aumenta las posibilidades de conseguir un alto rendimiento escolar.
Implica constancia y perseverancia, factores fundamentales para el éxito académico.
El éxito académico, unido al social, es muy importante para conseguir el éxito laboral y personal.
Los niños con buenos hábitos de estudio serán más capaces de adaptarse y desempeñar con éxito las labores encomendadas posteriormente en sus puestos de trabajo.
¿Para qué se estudia?
Esta pregunta se la plantean muchos escolares, y algunas de sus razones para no estudiar pueden ser: "es un rollo", "me aburro", "pierdo el tiempo". Tenemos que ayudar a los niños a desarrollar su motivación hacia los estudios. Han de comprender que las ventajas a corto plazo son más bien escasas. Porque ellos sólo encuentran inconvenientes, como el aburrimiento que provoca hacer los deberes y el número de horas que podrían dedicar a jugar. Hay que hacerles ver que e estudiar tiene muchos más beneficios que no hacerlo.
Lo fundamental es que el niño encuentre su motivación hacia los estudios, sea cual sea:
Fuente | El manual de Supernany, 2007
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